Patrick Depailler: courage but not crazy. History of formula one driver


En Espana nos enterabamos del tragico final de Patrick Depailler por un articulo (entre otros) de El Pais en 1980. El gran piloto frances que nos emocionaba con alguna de las escenas mas espectaculares de la historia de la F1 fue una de tantas victimas de los esfuerzos tecnologicos, a veces avances, otras veces inventos fallidos que terminaron con tantas carreras brillantes.
La figura de Patrick Depailler es la del piloto de carreras por antonomasia: apasionado, veloz, audaz, y ademas alejado de los intereses economicos, pues competir era su pasion, y conducir un bolido de carreras su meta y a la vez su recompensa. De la vieja escuela de pilotos, Patrick tuvo que trabajar mucho y rodar en diferentes categorias (?y especialidades!) para llegar a la elite del automovilismo. Este post es retro, largo, y lleno de historias, ya aviso desde el primer momento…
Depailler sintio a edad muy temprana el gusanillo de los motores y la competicion. Nacido en 1944, en plena segunda Guerra Mundial, no destaco demasiado en sus estudios y se le consideraba un nino timido y a veces hurano, pero cuando su abuela (principal soporte de Patrick, y quizas su primer “sponsor”) le dio el dinero para adquirir sus primeras motocicletas, la pasion y el animo del joven Depailler se enfocaron en una sola cosa: la competicion.
De no ser por un anuncio publicado cuando le quedaban unos meses de servicio militar, quizas nunca hubiese enfocado su carrera a las cuatro ruedas. En ese anuncio se ofertaban plazas para disputar una copa de promocion del motor frances a los mandos de sendos Lotus Seven, equipados con motores Ford de 1600cc. Gracias en parte a sus logros con las motos (lo que le daba experiencia previa), y a sus habilidades al volante en el test, Depailler fue seleccionado como el mejor candidato para la competicion.
Pronto comenzaron los exitos del joven Patrick Depailler, con victorias, marcas de velocidad, y como era el estilo de la epoca, tentando diversas categorias de la competicion y haciendose a si mismo, haciendo manos y acumulando experiencia.
Al cabo de un tiempo, Jean-Pierre Beltoise, otro gran piloto frances de la epoca, se convirtio en el protector de Depailler, y de hecho lo acompano en los momentos dificiles, siempre consciente del tremendo talento del joven para la competicion. Seguramente de no ser por el, la carrera de Depailler se habria truncado ante la falta de recursos economicos para sufragar los gastos de su pasion.
Saltamos en el tiempo hasta 1973, cuando el audaz frances vence el Gran Premio de Monaco en la F3, un Gran Premio que durante muchos anos significo gloria y fortuna para el piloto (hoy no es tan exagerado, da prestigio pero no tiene tanto valor como antano), quien se hacia con grandes posibilidades de poder probar la F1. Fue “gracias” a una hepatitis que le aparto de la carrera disputada en Hockenheim (y que le “tocaba” correr a Depailler dentro del tandem que formaba con Jean-Pierre Jabouille) y que finalmente le dio la posibilidad de disputar el fin de semana de Monaco con victoria, fin de semana que tambien vencio, pero en F1 (siendo su unica victoria en su carrera) Jean-Pierre Beltoise.
Como era de esperar, esto le abrio las puertas de la F1, su nombre ya sonaba como candidato a tests en la categoria maxima, y fue gracias a las gestiones de sus mentores que consiguio una plaza para disputar el Gran Premio de Francia de 1972. A los mandos de un Tyrrell 004 Patrick no consiguio terminar la carrera, y de hecho no logro recorrer una distancia suficiente como para ser destacable (apenas 33 vueltas de las 38 totales), pero impresiono a Ken Tyrrel y este le prometio nuevas oportunidades a bordo de sus monoplazas.
Esa nueva oportunidad llego con la ultima carrera de la temporada, en el circuito americano de Watkings Glen. Ahi ya la cosa habia cambiado, Patrick consiguio cruzar la bandera a cuadros, y en un muy meritorio septimo lugar, lo que le valio el reconocimiento de los pilotos de la categoria y aseguraba un porvenir a Depailler en la elite mundial del automovilismo… pero no inmediatamente. En 1973 regresaba a la F2 con la promesa de correr las dos ultimas carreras de la temporada de F1, pero un accidente le aparto de esta nueva oportunidad. Tendria que esperar a 1974.
La temporada 1974 fue ante todo, una temporada de cambios en Tyrrell, ya que Depailler paso por los modelos 005, 006 y 007 por razones desconocidas, probablemente a modo de test en el camino de un monoplaza realmente competitivo. A pesar de las dificultades y los abandonos cosechados con el Tyrrell 007, Depailler termino el ano con un balance bastante positivo, con 5 carreras en los puntos de 15 disputadas. Hoy en dia, esto es un botin bien escaso, pero no asi en la epoca y con el material que se disponia.
Su epoca en Tyrrell fue mas bien irregular, muchisimos abandonos por fallos mecanicos o accidentes que no terminaban de mostrar el verdadero potencial del piloto frances. 1975, a pesar de sufrir menos retiradas que en el ano anterior, volveria a ser un ano de luces y sombras, consiguiendo su primer podium en Sudafrica y terminando en novena posicion en la clasificacion general un ano de transicion, otro mas que no dejaba ver su verdadero potencial. El ano siguiente entro en escena el, por decirlo de alguna manera, exotico “6 ruedas”, el Tyrrell P34. Se trataba de un monoplaza que en teoria iba a suponer un repunte en prestaciones y fiabilidad, y que de hecho lo fue si nos atenemos a las siete carreras en el podium que consiguio Depailler en 10 participaciones en GP.
Lo malo iba a ser de nuevo la fiabilidad, que frustro una temporada excepcional de Depailler que con seis abandonos termino, con todo, cuarto clasificado. Una gran pena pues ese ano era el ano de destacar, de conseguir un resultado importante, y los puntos cosechados por Patrick en las carreras que consiguio pasar por la bandera a cuadros seguramente contribuirian a subir mas aun en la clasificacion final. Nunca lo sabremos.
Un ano mas con elP34 dio a entender a Depailler que con Tyrrell no habia futuro, pues nueve abandonos situaban a cualquier piloto en el fondo de la clasificacion, o en tiera de nadie. Parecia que Depailler estaba abonado a los abandonos y fallos mecanicos. No seria asi, la calidad del pequeno frances era suprema, y gracias en parte a su experiencia, al Tyrrell 008 y a las manos del piloto, 1978 supuso la primera victoria en la F1 en el Gran Premio de Monaco, admitiendose por fin a Depailler en el selecto club de los ganadores de Grandes Premios y por la puerta grande, un honor que desgraciadamente hoy en dia esta infravalorado.

Cuatro podiums adicionales y ocho abandonos totales en la temporada significaron la ruptura del tandem Tyrrell-Depailler, quien recalaria en el equipo Ligier para la temporada 1979. Quizas fue la mejor temporada de Patrick en la elite. Podria haber conseguido si no el campeonato, si disputarlo hasta el final, pues llego a estar al nivel del grandisimo Gilles Villeneuve, sumando una nueva victoria para su palmares en el circuito del Jarama, en el Gran Premio de Espana. Si no hubiese de nuevo una racion de mala suerte, seguramente habriamos visto como la temporda ’79 seria la temporada de Depailler. Pero un accidente de ala delta apartaba al frances del resto de la temporada: las dos piernas rotas.
Con pena y lentitud, llegamos a la temporada de 1980. Depailler ingresaba en las filas de Alfa Romeo con el fin de ayudar a la evolucion del coche, pero esto le llevaria directamente a su tragico fin. En pocas palabras, el Alfa Romeo era un desastre de coche. Ni en prestaciones ni en fiabilidad daba un respiro a Depailler, que no consiguio terminar ninguna de las 8 primeras carreras del calendario. Era desesperante. Cuando el Gran Circo llego al Gran Premio de Alemania ocurrio lo inevitable: en los entrenamientos en el Hockenheimring, un fallo de la suspension probablemente, catapultaba al monoplaza de Depailler contra las barreras de la Ostkurve. El final, funesto. A consecuencia del golpe Patrick Depailler moriria poco despues, dejando un vacio tremendo en la F1, y truncando una carrera siempre ascendente a base de talento, y nada benigna en cuanto a rendimiento mecanico.
Todavia hoy se sigue recordando al pequeno frances como un piloto puro, un amante de la competicion en estado puro y un valiente. Por desgracia, como tantos otros valientes se quedaron en el amasijo de un monoplaza en algun circuito del mundo. Siempre nos quedara su recuerdo.

Algo habitual en los pilotos de la epoca eran sus frases lapidarias. En esta ocasion, Patrick Depailler, como tantos otros, era consciente del riesgo real que corrian sus vidas en la F1. Sabiendo como termino su carrera y su vida, no puedo dejar de emocionarme pensando como debia ser la competicion en aquellos anos, como era convivir con el aliento palpable de la muerte tras un incidente en pista (se dice que en la epoca, las posibilidades de no salir con vida de un accidente en F1 eran de 2/3). Y por eso me emociona tanto su frase: